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Wavy es uno de los líderes en soluciones de gestión y comunicación en el sector de la peluquería y la estética desde hace más de 3 años. De 5 a más de 50 personas, el equipo crece constantemente en sus oficinas de París y Lyon, y también en toda Francia. Los comerciales de campo de los 4 rincones de Francia se reúnen con los responsables de los salones e institutos directamente en sus locales. En Wavy, la aventura es humana, por eso es importante para nosotros poder conocer a nuestros clientes potenciales en persona.
A través de este artículo, le invitamos a descubrir la guarida parisina de Wavy y su vida cotidiana.
Tras el esperado traslado del verano pasado al 9 del boulevard de la Madeleine, los miembros de la familia Wavy viajan ahora entre las 9:00 y las 9:30 horas. Antes en un apartamento de 130 m2, sin sala de reuniones, pegado, ahora es en el último piso de un bonito edificio de la Madeleine donde se reúnen los equipos.
Aquí no hay molduras, pero sí suelos de parqué y vigas vistas, grandes ventanales para alegrar el día y mesas blancas para trabajar con ahínco. La planta está dividida en 4: la parte ruidosa con las ventas y el servicio de atención al cliente, la parte tranquila con los equipos de Producto, Marketing y Operaciones, y luego (¡por último!) dos salas de reuniones.
El servicio de atención al cliente forma a los clientes sobre la aplicación, les llama para garantizar un seguimiento real y "mata" una multitud de tareas auxiliares como la facturación. - Sí, también debes saber que en la puesta en marcha hablamos mucho en inglés. El servicio de atención al cliente y el equipo de producto no están en la misma habitación, pero están muy cerca.
Los comentarios de los clientes sobre la funcionalidad de la aplicación se comunican directamente a nuestro arquitecto de productos, Chris.
A continuación, para hacer realidad los deseos del cliente, Chris analiza los comentarios con todo el equipo de producto para establecer una agenda de prioridades.
En Wavy, todos los equipos creen en el proyecto y todos se implican. Todo el mundo se ayuda mutuamente, uno puede dar una solución que no concierne a sus misiones. Nos levantamos.
Auriculares en las orejas para responder a los clientes para algunos, y para escuchar música para otros, el ambiente es (más o menos) tranquilo hasta las 11 de la mañana. Y cuando suenan las 11, el primero grita "¡Tengo hambre!" y el segundo responde "¡Yo también!". Entonces es necesaria la pequeña pausa para saber dónde vamos a comer. ¿Pedimos? ¿Vamos al Monop'? ¿O comemos fuera? Esa decisión ya está tomada.
Tras unos minutos de pausa, el sonido de los teclados vuelve a tomar el relevo.
La tarde se llena de café, luego de algarabía, luego de calma, luego otra vez de algarabía. Los intercambios en Slack, la aplicación que utilizamos para intercambiar información, se funden entre buscar soluciones, pensar en nuevas ideas, compartir música y, no nos vamos a mentir, algunos cotilleos ;) En Wavy, no hay sala de juegos con PlayStation o babyfoot, como algunos podrían pensar !
Aunque se establezcan más y más procedimientos porque la empresa está creciendo, cada uno es libre de organizarse como quiera. Algunos son más bien matutinos, otros más bien vespertinos, cada uno tiene su propia forma de trabajar, su propio pico de energía y creatividad. Los días nunca son iguales, y se organizan reuniones semanales para garantizar la comunicación de información entre departamentos, pero también dentro del mismo departamento. (Las salas de reuniones eran tan esperadas que, 6 meses después de la mudanza, reservar una sala es siempre un placer).
Es inevitable... La pinta del final del día Wavy . Y sí, ¡tenemos una pinta en nuestro nombre! Gracias a Adrien que negoció los precios, el barrio de la Madeleine, es bonito pero no barato. Podemos reunirnos allí con tres o diez personas, pero tú lo conoces tan bien como nosotros... Nunca es sólo un trago. A menudo dos, o cuatro, o muchos más. Entre colegas, hablamos de todo: nuestras vacaciones, nuestro fin de semana, el próximo seminario, nuestra familia, la pasada reunión de ventas (cuando los comerciales vienen a París), conocemos a los nuevos y lamentamos la marcha de los antiguos.
Wavy en el aperitivo del Mondial Coiffure Beauté. Algunos vuelven a casa en taxi, otros en metro y los más valientes en bicicleta. Y todos nos reunimos al día siguiente, y a menudo la primera pregunta es: "Entonces, ¿terminaste ayer?
